viernes, 21 de diciembre de 2018

Navidad sin ti


Nuevamente ha llegado
navidad sin tu presencia,
desde que te despediste
nos aguaste estas fiestas,
cenaremos con hallacas,
pan de jamón y galletas
como nunca hicieron falta
en tu cena navideña.

Nadie estuvo en tu lugar
presidiendo nuestra mesa,
parecías ocuparlo,
sentíamos tu presencia,
igual sentimos el calor
con el que nos consintieras
y pudimos presenciar
el ejemplo que nos dieras.

Navidad ya no es sin ti…
la misma que otras fueran,
te hicimos el homenaje
que siempre te merecieras,
te rezamos un rosario
que mantiene tu presencia
para estar siempre unidos
como así tú lo quisieras.

PanchoTronera

martes, 18 de diciembre de 2018

Llega la luz que ilumina


Llevan casi nueve meses,
falta solo una semana,
van caminando despacio,
la barriga ya no aguanta,
salieron el mes de marzo
de Nazareth a Judea
azarosos y temblando
pasaron por Galilea.

Eran María y José,
quienes tendrían la tarea
de darle vientre y cobija
y llevar hacia otras tierras
al “Príncipe de los hombres”
donde Herodes y su corte
le cortaron el “cogote”
a niños en su inocencia.

Eran cálidos los días,
y las noches eran eternas,
era un verano caliente
y noches de frías quimeras,
días de intenso desierto,
noches cubiertas de estrellas,
hasta llegar al pesebre
de una estancia de pradera.

En Nazareth celebraban,
todo era una gran fiesta,
era un honor ser paisano
del nuevo rey de la tierra,
entre la mula y el buey
nacería a media noche
estrellas de mil colores…
y un cometa grandotote
alumbraba con su estela.

PanchoTronera

domingo, 16 de diciembre de 2018

Haciendo mercado


Paseando por el mercado
fue que yo la vi,
¡qué divina y excitante!
tomé un carro y la seguí,
se detuvo a comprar
en la sección de “verduras”,
yo en mi mente repetía:
“Esta vida sí que es dura”.

Justamente frente a mí
se inclinaba levemente,
yo, pa´ disimular
tomé dos “melones verdes”,
luego pude contemplar
lo que ella apoya en las sillas
y ahí tuve que comprar
aquella enorme “patilla”.

Su rostro acaramelado
con colores de “cereza”,
precisamente pasaba
y se veían muy frescas,
en la sección de “pescado”
voló mi imaginación
cuando pidió “mejillones”
y mi mente se nubló.

Se inclinó en un mostrador
y pidió queso “ricotta”,
eso mismo pensé yo
cuando vi su falda corta,
casualmente en un pasillo
nuevamente coincidimos,
esta vez ella temblaba
mientras escogía “embutidos”.

La pícara se dio cuenta
que la veía con “lujuria”,
y a medida que compraba
me coqueteaba esa bruja,
llevaba mucho mercado
y aunque era una hermosura
si no me vengo primero
me “bajaba de la mula”.

PanchoTronera
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sábado, 15 de diciembre de 2018

Mendigo


Ya no tengo a quien querer
ni tampoco quien me quiera,
ya no comparto con nadie
ni el almuerzo ni la cena,
ni tampoco el desayuno
pues no hay nada en la alacena
y por eso los ratones
ni siquiera me desvelan.

Deambulo por la ciudad
rodeado por mucha gente,
pero ninguno me habla
nadie sabe qué se siente...
caminar por esas calles
como rodeada de ausentes
sin tener con quien hablar,
ni quien te quiera y respete.

Yo recuerdo aquellos tiempos
de amigos y de parrandas
que acudían siempre a mí
si alguna cosa faltaba,
que se me acercaban siempre
si necesitaban plata
y si querían llorar
mis hombros no les faltaba.

Ahora mis compañeros
no son como los de otrora,
solo viven el momento
y comen de aquellas sobras
que arrojan de las mansiones…
y se visten con las ropas
que lucían en las fiestas
los señores y señoras.

El destino es así
como siempre,  impredecible,
no se puede conocer
el arte de ser felices…
como soñamos de niños
cuando éramos aprendices
y seguíamos las reglas,
las normas y directrices.

Ya llega la Navidad y
sé que pronto he de morir,
ahora que soy mendigo
no reniego lo que fui,
si hago ahora un balance
de la vida que viví
me puedo sentir a gusto
y podré morir feliz.

PanchoTronera