Años
Cincuenta, no entendía nada
cuando
estaba en el ovario de mamá,
una
parte de mí no me encontraba
pues
se hallaba en una bola de papá.
Años
Sesenta, ya yo caminaba
algo
torpe e ingenuo por demás,
sumiso,
estudioso y obediente
no
he sabido si lo pude superar.
Años
Setenta, ¡Los estudios pa ´l carajo!
rumbas,
bonches, mujeres y parrandas,
los
placeres llegaban al descaro
días,
noches y fines de semana.
Los
Ochenta, tocaron la campana,
un
romance despertó mi corazón,
como
un niño volví a mis andadas
de
sumiso y joven soñador.
Más
tarde llegaron los Noventa
y
mi alma nuevamente despertó,
tal
parece que después de cada década
se
renueva el ciclo del amor.
Pero
ya superamos el milenio
y
de hijos mi mundo se llenó,
mi
cabello ha dejado de ser negro
y
de blanco poco a poco se tiñó.
Hace
rato que camino los sesenta
y
aun siento que mantengo mi vigor,
soy
feliz porque siento que he tenido
una
vida siempre llena de esplendor.
Quiero
que compartan conmigo, lo que tengo,
todo
un mundo de vivencias y de amor,
alcen
conmigo la copa y brindemos…
por
amigos, por amores y recuerdos
que
hayan hecho latir mi corazón.
PanchoTronera
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