Postrado en mí lecho, moribundo
divago en mis recuerdos, ya lejanos
y encuentro en mis tragedias y desvelos
la imagen de tu rostro a cada rato.
Estuviste en el naufragio en mar abierto,
en el incendio de la casa de la loma,
en el secuestro, en el atraco, el volcamiento
y en la ruina de las acciones de la Bolsa.
Haciendo un frío esquema de mi vida,
y esperando, resignado, ya mi muerte
te veo caminar, de esquina a esquina…
sintiéndome ya cerca de la tumba
he pensado mucho en ti y me disculpas...
pero tú, lo que me has traído es “mala
suerte”.
PanchoTronera
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