sábado, 17 de septiembre de 2016

Amores Furtivos


Esta trocha polvorienta
acompaña mis continuos…
paseos por la sabana
desde que era un niño,
los colores mañaneros
que empiezan en azul índigo
marcaron el despertar
de mis romances furtivos.

Al principio, en mi infancia
iba con mis amigos
camino a la escuelita
que está cruzando aquel río,
disfrutábamos jugando,
corriendo o dando brincos
y cuando hacía calor
nos metíamos al río.

Más tarde eran muchachas
las que iban hasta el río,
se bañaban y jugaban,
cuando estábamos escondidos,
convencidas de estar solas
se quitaban los vestidos
y se podía apreciar
que éramos bien distintos.

El despertar incipiente
de deseos reprimidos
dieron rienda a los tempranos
encuentros con amoríos,
nos dejábamos llevar
solamente por instintos
donde el amor y el romance
aún no habían aparecido.

Pero luego los latidos
de un corazón encendido
y el recordar de miradas
de reojo que nos dimos
despertaron nuevamente
nuestros amores furtivos
continuando los romances
de cuando éramos niños.

Así fue que nos juntamos
y seguimos en lo mismo,
amándonos con pasión
siempre en el mismo río,
pero ahora nos bañamos
acompañados de niños
producto de la pasión
de esos amores furtivos.

PanchoTronera

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