Ahí estabas nuevamente
esperándome en la plaza,
con esa estampa tan linda,
alegre y descomplicada,
espontánea y risueña,
con cara de enamorada
acudiste a mi cita
complaciendo mi esperanza.
Como soy hombre galante
me porté como esperabas,
menos mal, desde pequeño
adquirí esa enseñanza…
de respeto a la mujer
y ahora la pongo en práctica,
aunque ya en la relación
hemos entrado en confianza.
Antes me había dedicado
a alabarte por tu estampa,
hoy me dedicaré
a resaltar tus bonanzas,
a buscar tu corazón,
a descubrir tu añoranza
para saber cómo debo
construir nuestra morada.
PanchoTronera
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