Ronal y Nicson son
dos “Muchachos de la calle”
que deambulan la ciudad
sin nada que los separe,
con sueños como cualquiera,
pero que viven sin padres,
y no se educan en colegio
porque su escuela es la calle.
Tienen la carita sucia
pero brillan con detalle…
sus sonrisas relucientes,
como pa´ “cuñas dentales”,
el cabello amelcochado
por la mugre de la calle
y sus ojos vivarachos
heredados de su madre.
Son huérfanos de la ciudad,
esa selva inexpulgable,
que en época de Navidad
sufre lo inimaginable,
piensan solo en sus familias
eso es algo venerable,
pero se olvidan del prójimo
de manera inexplicable.
Estos niños siempre sueñan
con una vida honorable,
y en la “Nochebuena” esperan
cesen sus adversidades,
pero el frío inclemente
y el hambre por otra parte
aumenta las esperanzas
que un milagro les depare.
-¿Qué crees que pueda pasar?
escuché en alguna parte
que los milagros se dan
cuando rezamos bastante-,
-¿puedes ver aquella estrella?
¿esa que se ve radiante?
Es que vienen por nosotros
para una misión importante-.
-Tú serás el “Niño Dios”
iremos por todas partes
yo seré “San Nicolás”
y en mi trineo gigante
repartiremos juguetes
a los niños de la calle,
será una Nochebuena
de verdad inolvidable-.
Al día siguiente llegaron
empleados municipales,
recogieron sus cuerpitos
de expresión inolvidable,
sonrientes y expresivos
que con un sueño adorable
lograron por una vez
sonreír y ser feliz
en su mundo de la calle.
PanchoTronera
No hay comentarios:
Publicar un comentario