No tuve la humildad de valorarte,
solo vi en tu humanidad, belleza,
la misma que lucías con destreza
ocultando en tu interior lo más grande.
Al principio nos llenamos de lujuria,
los placeres parecían no acabarse,
nos amamos con derroche y con furia
derrochando nuestra piel a cada instante.
Olvidamos que crecíamos como gente,
que tendríamos una familia inolvidable,
que los valores debían estar presente
para tener una vejez bien agradable.
No es tu culpa, no te reprocho por lo hecho
he sido yo el que debió alertarte
pero si aún me quieres como siempre…
hagamos que el tiempo se congele
y sigámonos amando como antes.
PanchoTronera
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