Luna grande, luna llena, ya me duele la cabeza,
brazos, manos y piernas los tengo adormecidos
mi cabello reluciente luce una tenue melena
áspera y gris que asemeja los pelos de un canino.
En mis encías hay sangre con unos largos colmillos
y mis ojos van brotando lágrimas color rojizo,
las uñas de cada dedo van terminando en un filo
que pudieran desgarrar las carnes y los tejidos.
Bajo negros nubarrones que vuelven gris el camino
una melodía atemorizante acompaña mi destino,
siento rabia, siento miedo, llevo una pena conmigo
y al entrar a una cantina hay gente bebiendo vino.
Una dama se me acerca complaciendo el gusto fino
que me ha quedado de cuando era un humano sencillo,
no se asusta, no se arredra, no se intimida conmigo,
mientras que otros presentes mancharon sus
calzoncillos.
La escena espeluznante, el rostro de los vecinos,
empiezan a divertir al resto de mis amigos
que se asomaron a ver por las ventanas de vidrio
pues íbamos a una fiesta y no quise orinar…
por no quitarme el disfraz en la orilla del camino.
PanchoTronera
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