domingo, 11 de abril de 2021

La Leyenda del Corrío


Es noche de luna llena,

de espantos y aparecidos,

de jinetes sin cabeza.

con machetes y cuchillos,

mujeres que van llorando

enamorando maridos

con risitas placenteras

como si fueran gemidos.

 

Hace poco me contaron

”La Leyenda del Corrío”,

que es la historia de un cantante

que mataron en un río,

la esposa junto a su padre

acompañados de un tío

lo mataron cortándole

con una peinilla el ombligo.

 

El cantante, por las noches

se escapaba escondido

para que nadie supiera

lo que hacía en el río.

La mujer le preguntaba

qué hacía con los “realitos”

que con esfuerzo ganaba

cantando en los corríos.

 

Como no tenía respuesta

sospechaba algún motivo,

preparó un plan pa´ matarlo

y quitarle lo escondido,

valiéndose de la malicia

de su padre y de su tío,

con el fin de quedarse

con el guacal escondido.

 

El cantante no era gafo,

y ya tenía previsto

lo que haría en el caso

que hallaran el cofrecito

le regaló unas monedas

a un brujo conocido

que vivía en una cueva

al otro lado del río.

 

Un día que le pagaron

bastante por sus servicios

se fue corriendo a guardar

lo que le habían ofrecido

y que tenía encaletado

en un carriel amarillo

para que nadie supiera

dónde tenía los “realitos”.

 

El trío de vagabundos

que ya estaban escondidos

esperaban sigilosos

lo que habían convenido,

por otro lado, el brujo

que era malo y bien jodido

también se hallaba esperando

con séquito terrorífico.

 

La mujer y sus parientes

no sabían del “brujildo”

hasta que llegó el cantante

que era también su marido,

lo dejaron que cavara

donde tenía escondido

los reales que había ganado

cantando en ese corrío.

 

Ya sabiendo dónde estaba

aquel tesoro escondido

le dieron una paliza

dejándolo sin sentido

y pa´ que nadie supiera

lo que había acontecido

le clavaron un machete

desde cuello hasta el ombligo.

 

Pero esto aquí no termina,

arreglaron bien el sitio

y el cadáver del cantante

lo lanzaron en el río

en eso se estremeció el cielo,

empezó el viento a hacer ruido

y ensordecían las chicharras,

junto a los sapos y grillos.

 

Los parientes se asustaron

por lo que había sucedido

y estaban más chorreados

que “viejo sin calzoncillos”

el cielo se oscureció,

empezó a sentirse el frío,

después del calorón

la lluvia anegó el camino.

 

El brujo estaba esperando

lo que hacían los bandidos,

andaba con veinte perros

con afilados colmillos,

que iluminaban la noche

cuando rayos tempestivos

desafiaban la oscuridad

y ensordecían los oídos.

 

Al rato se fue la lluvia,

todo quedó quietecito,

el brujo agarró el botín

y enterró a los bandidos

pero olvidó sepultar

al cantante de corríos

y lo ha dejado penando

en un ambiente sombrío.

 

Por eso en noches de invierno

sale el cantante del río

para irse a buscar

los reales que había perdido,

y persigue al que se acerque

donde tenía escondido

el dinero que había ganado

“El Cantante de Corríos”

 

PanchoTronera


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