Yo
nací en un paraíso
donde
siempre sale el sol
y
la luna consecuente
nos
regala su esplendor,
donde
amanece bonito
coloreando
en tornasol
y
con fondos majestuosos
apreciamos
su verdor.
Donde
el calor de su gente
compite
con el del sol
y
los olores se cuelan
anunciando
que empezó…
otro
día en la sabana,
la
montaña o callejón
donde
el trabajo y la brega
distinguen
cada región.
Las
regiones de mi tierra
representan
al planeta,
tenemos
en Paraguaná
al
Sahara y sus arenas,
en
Mérida tenemos frío
como
en regiones norteñas
y
en Guayana los secretos
del
origen de La Tierra.
El
llano recuerda las pampas
de
La Argentina llanera,
a
México y sus corríos
y
a los rodeos de Texas,
nuestras
playas son envidia
de
las regiones costeras
porque
tenemos las aguas
más
tibias de este planeta.
No
tenemos los canguros,
que
en Oceanía se vieran,
ni
los camellos de cuentos,
ni
jirafas, ni las cebras,
ni
leones africanos,
ni
las bengalíes fieras,
pero
tenemos bandadas
de
aves como las quiera.
Los
aromas, ni se diga,
cada
región nos entrega
sus
manjares culinarios
empezando
por “arepas”
que
complacen paladares
que
ahora pueblan la tierra
acompañando
a mi gente
en
regiones extranjeras.
Pero
hay algo señores,
duélale
a quien le duela,
lo
mejor de lo mejor
es
la gente que la puebla,
aquella
que aquí nació
o
fue parido allá afuera
porque
en su sangre circula
la
sangre de…VENEZUELA.
PanchoTronera
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