Te suplico ahora que me des un beso
ya que tengo sedientos mis labios,
igual necesito que aceptes mis brazos
y acudamos juntos hasta nuestro lecho.
Hace mucho tiempo compartimos la vida,
esa que juramos ante Dios y el altar,
y a pesar que sufrimos y vivimos la dicha
solo junto a ti valió la pena estar.
Nuestros cuerpos fogosos disfrutaron la vida,
el amor ardiente y toda la pasión,
el romance juvenil, sensaciones divinas
y los hijos concebidos productos del amor.
Hemos llegado ya al otoño de la vida,
hemos superado momentos de dolor,
también hemos combatido tentaciones fingidas
y hemos valorado lo que es el amor.
Hoy doy gracias a Dios que aún estés viva,
alegre y rozagante al igual que estoy yo,
sé que estaré contigo hasta el fin de mis días...
y si he de irme antes, si se acaba mi vida
voy a irme esperando continuar nuestro amor.
PanchoTronera
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