Ya tengo el cabello blanco
¡Sí
señor!, ya soy un viejo,
tengo
marcas en mi rostro
dibujadas
por el tiempo
que
dicen que han pasado
muchos
años, por supuesto
y
la energía que tengo
no
se parece ni esto
a
la que yo derrochaba
en
mis años de mozuelo.
Es
verdad y no lo niego
que
tuve una vez un sueño
igual
al de los muchachos
y
con iguales desvelos,
pero
con la diferencia
que
yo sí he logrado verlo
y
pasa que yo he vivido
muchos
años, por supuesto,
adquiriendo
una experiencia
que
se ha convertido en trofeo.
No tuve la educación
que otros han recibido,
no cursé bachillerato
sino escuela en un pueblito,
pero aprendí de la vida
a vivir sin egoísmo,
a amar a mis semejantes
con respeto y con cariño
siempre cultivando el arte,
el
espíritu y el vino.
Por
eso la madurez
que
en los años he adquirido
me
han dado la lucidez
y
aquel saber infinito
que
hacen la diferencia
y
que me han dado el cariño
de
la gente de mi entorno,
de
familiares y amigos
que
disfrutan las vivencias,
que
se han escrito en mi libro.
PanchoTronera
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