Aquí estoy en el otero
contemplando mi ganado,
es un rebaño pequeño,
mil quinientos no sé cuánto,
las vacas en el tranquero,
con sus becerros neonatos
y en el corral los toretes
pa´ inseminar este año.
Un corte de majomenos
unos dos mil metros de ancho
por otros mil ochocientos
son pa´ producir el pasto,
la vega a orilla del río
¡no se toca, por Dios Santo!
porque esa es la que da el agua
para que beba el ganado.
En el rancho hay un potrero
donde albergo los caballos,
no son caballitos finos,
son para arrear el ganado,
aunque tengo un alazán
que cuido más que el carajo,
y no se lo dejo a nadie
que no sepa de caballos.
Lo demás es muy sencillo,
pollos, gallinas y gallos,
patos, pavos, codornices
y un par de buenos marranos,
pero ¡no se me encariñen!,
uno es pa´ asarlo el sábado
y el otro es para diciembre
que vamos a prepararlo.
Fue tierra de mis ancestros
desde mil novecientos cuatro,
aquí nacieron mis padres
y nacieron mis muchachos,
cada cabeza de res,
cada maíz cosechado
son fruto de generaciones
de un esfuerzo continuado.
PanchoTronera
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