Ya no tengo la apariencia
de mis años juveniles,
he visto correr el agua,
he visto pasar abriles,
pero conservo la fuerza
y lucidez increíble
de un hombre que ha vivido
religiosamente firme
y que ha llevado su vida
de una manera sublime.
A pesar de la dureza
de este mundo impredecible
y de todos los reveses
que me son indescriptibles
están los grandes momentos,
los alegres y los tristes
que según quien los recuerde
añadirá los matices
al libro de nuestra vida
y valdrá lo que viviste.
Cuando ya se acerca el día
de este mundo despedirse
comienzas a recordar
los pasajes que viviste...
si fueron buenos o malos,
si te gustó lo que hiciste
y si de todo aquello
que en algún tiempo tuviste
te ha quedado algún legado
del que no te desprendiste.
Si el balance ha sido bueno
no hay de qué arrepentirse,
de esa manera la muerte
no parece tan terrible
sino más bien la ocasión
de celebrar, antes de irse
una existencia exitosa
en donde toda la gloria…
caiga sobre la memoria
de la vida que viviste.
PanchoTronera
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