Es preciso que te vayas, sal pronto de mi vida,
no te soporto más, no quiero volver a verte,
ya no eres más esa rosa del rosal, eres espina,
me has matado el corazón, tú le has dado muerte.
Has ultrajado mi orgullo anteponiendo el tuyo,
has pisoteado con saña también mi felicidad,
has ignorado que tú para mí lo fuiste todo
y que, estando siempre juntos, tendríamos
felicidad.
Fui un iluso al pensar que tú a mí me querías,
me dejé llevar por eso que sentía el corazón,
me siento avergonzado al saber que fingías,
me dolió darme cuenta que no sentías amor.
Pensabas engañarme por un tiempo infinito,
creíste que jamás yo te podría dejar,
pero ya ves que los tiempos de Dios son benditos,
los momentos adversos se pueden superar.
Es difícil afirmar que podría ignorarte,
un dolor así no se puede olvidar,
me repondré y espero caminar nuevamente
y saludar sonriendo a quien me encuentre al
pasar.
Mi educación cristiana me obliga a perdonarte,
me enseña que la ofensa la deba yo olvidar,
sin embargo yo espero nunca más
encontrarte
y no quiero enterarme, si te fue bien o mal.
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