Igual que todos los años
y acostumbrados a esto
les voy a contar el cuento
de Jesús en El Calvario.
Empezamos la secuencia
aquel Domingo de Ramos
hace justo una semana
cuando fuimos a la iglesia.
Ya se me iba a olvidar
el miércoles de ceniza
que pudimos celebrar
hace un mes y quince días,
con sacrificio de ayuno
acudimos a la iglesia
para ganar indulgencia
y salvar nuestro futuro.
Después de su nacimiento
las escrituras nos dicen
que nació de una virgen
y era un muchacho muy bueno,
que, aunque era carpintero
pues su papá eso hacía,
inteligencia tenía
heredada de su abuelo.
Así es que comienza el cuento
porque ese niño, Jesús
se vistió color azul
y se ha ido para un templo,
allá los sabios oían
lo que decía el pequeño
y asombrados y perplejos
sus túnicas sacudían.
Las Sagradas Escrituras
trasladan el escenario
muy cerquita de El Calvario
donde había una taberna,
se fue con doce malandros,
ubicaron una mesa
y prepararon un viaje
para tentar a la bestia.
Luego recorre una cuesta
y diciendo “La Palabra”
se dirigió a una cama
donde Lázaro lo espera,
dijo: .-“Deja la pereza,
arranca ya a caminar
y deja ese “tumbao”
que a nadie vas a engañar”-.
Sigo leyendo y me entero
que con sus doce malandros
a Pilatos llegó el cuento
y ante el mundo se rayaron,
Caifás y Herodes dijeron
que si no era un mesías
entonces es que era un espía
que venía de otro pueblo.
Es el fin de “La Cuaresma”
y todos están en ascuas
y antes del fin de semana
hay que pagar el arriendo,
Judas está sin dinero
y a la guardia de ese pueblo
por treinta chapas doradas
les negocia al Nazareno.
El jueves no tan temprano
y ya caída la noche
en una última cena
tomaron vino en derroche
hasta por el codo hablaron
y a Cristo se le fue el “yoyo”
diciendo que ya del rollo
él estaría enterado.
Increpó a uno por uno
y les leyó la cartilla
se paró en una silla
y ante todos exclamó
.-“Amaos unos a los otros
por el reino del Señor”-.
aunque luego Simón Pedro,
por tres veces lo negó.
No sabían cómo hacer
para enjuiciar a Jesús
quitaron su bata azul
y en morado lo vistieron
después de haberlo vendido
hicieron una elección
en donde en falsos comicios
Barrabás fue el que ganó.
Cuadraron la ejecución
y por unas escaleras
lo llevaron al Calvario
para que todos lo vieran,
era muy triste la escena
donde se veía a Jesús
cargando su negra cruz
por una empinada cuesta.
Después de los latigazos
de aquel guardia del infierno,
se soltó un aguacero
y se inundó hasta el estadio,
cuando llegó lo clavaron
con unas sucias tachuelas
que dejó como secuela
sus extremos ensangrados.
Pero el cuento aquí no acaba,
se pone fina la historia
porqué llegado el sábado
se cubrió Jesús de gloria
se levantó entre los muertos
y se cambió hasta de frazada,
luego se echó una afeitada
antes de ir a los cielos.
Ahora sí acabó la historia
donde aquel niño Jesús
les echó a perder la fiesta
al apagarles la luz,
les dejó los “crespos hechos”
y se marchó a los cielos
y desde allí nos bendice
hasta el final de los tiempos.
PanchoTronera
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