Mi
conuco está bonito,
las
matas están cargando,
las
que no, es que están floridas
y
pronto ya estarán dando,
las
gallinas ponedoras
ponen
huevo por “coñazo"
porque
tengo un gallo turco
que
las pisa a cada rato.
Como
ya empezó a llover
el
suelo vive “anegao”
por
el agua que desborda
la
canaleta del rancho,
el
tierrero se humedece,
se
van formando los charcos
y
al ratico, el ambiente
coge
ese olor a mojado.
Cuando
se vaya la lluvia
y
el sol aparezca un rato
voy
a jalar gamelote
con
peinilla y garabato
pa´
darle monte a la vaca
que
aún está amamantando
y
que coman los conejos
que
también están criando.
La
chiva come las sobras,
los
pollos comen gusanos
que
escarban junto al maíz
que
les regamos “voleao”,
van
picando los terrones
recorriendo
todo el patio
y
se van corriendo, ligeros
cuando
los persigue el gallo.
Lo
que sobra de la casa
y
un alimento barato
se
la damos a los cerdos
pa
´que sigan engordando
y
rindan los “marranotes”
que
ya están grandes y “janchos”
y
el olor de la “fritanga”
inunde
to´ el vecindario.
Todo
el mundo está pendiente
haciendo
ya sus encargos
de
“chicharrón con carnita
paleta,
pernil y rabo,
“teretere”,
asadura,
Pequeños,
grandes pedazos
porque
del cochino todo
tiene
que “sé aprovechao”.
Por
las tardes no trabajo
y
es cuando cojo mi cuatro,
me
cuelo un café cerrero,
me
sirvo y lo voy tomando
y
me pongo en mi chinchorro
a
entonar versos silbando,
y
asícanto, algunas veces
aunque
se me salgan los gallos.
Más
tarde llega mi negra,
me
hace un “recalentao”
con
arepa, huevo frito
suero
y queso rayao,
y
así nos llega la noche
después
de habernos bañado
y
esperamos que la luna…
nos
cubra con su lujuria y
nos
enamore en el rancho.
PanchoTronera
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