La
noche abre el telón,
la
luna entra en escena,
se
despeja el nubarrón,
y
aparecen las estrellas,
la
ventana de mi cuarto
deja
colar brisa fresca
y
un viento leve entona
amores
de luna llena.
Los
románticos celebran
ese
momento que esperan
para
irse a enamorar
seduciendo
a sus princesas
y
ellas esperan también
serenatas
en aceras
y
por eso han arreglado
las
ventanas de sus piezas.
Recuerdo
que yo te llevaba
flores,
dulces y galletas,
las
frutas que te gustaban
mis
canciones y poemas
con
improvisados ritmos
y
mis rimas incompletas
pero
que tú celebrabas
orgullosa
y coqueta.
Eran
los tiempos felices
de
aquellos años “setenta”
cuando
no había internet,
celulares,
ni tabletas,
había
que recurrir
a
susurrarte en la oreja
versos
improvisados…
para
tenerte a mi lado
y
que tu padre no viera.
PanchoTronera
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